Con posterioridad, el modo de actuar de las fuerza soviéticas apostadas en el interior de la cabeza de puente fue el típico de los métodos de combate soviéticos en 1944. Casi siempre al amparo de la oscuridad, hicieron obstinados esfuerzos de mejorar las posiciones de su cabeza de puente mediante la construcción de caminos de troncos, puestos de observación a determinada altura y plataformas de madera.
Expuestos al fuego alemán, los soldados soviéticos se movían por el terreno cenagoso, a menudo con el agua a la altura del pecho. Con los límites impuestos por la escasez de munición, los alemanes hicieron todo lo que pudieron para que la posición se volviese insostenible y los soviéticos acabasen desalojando su cabeza de puente. Sin embargo, la densa vegetación favorecía las tácticas de infiltración y dificultaba la dirección del fuego mediante observadores.
Entonces, los soviéticos comenzaron a construir un puente peatonal sumergido. Este puente, de unos dos metros de anchura, se componía de caballetes previamente ensamblados. Durante la noche, estos eran puestos en su sitio en el río, yendo las planchas de madera horizontales a una profundidad de diez centímetros bajo la superficie. Esto no presentaba dificultades técnicas debido a la lenta corriente del río Prípiat.
El puente era, por tanto, invisible a los observadores alemanes. Éstos no sospecharon de su existencia hasta que aparecieron de repente algunos cañones contracarro soviéticos en la orilla norte del río.