Dick Winters en Día D. Más allá de Hermanos de Sangre

En mi avión, Sammons aceleró para evitar el fuego enemigo mientras yo seguía asomado a la puerta, escrutando la tierra que había debajo. Era la primera vez que estaba bajo el fuego y mi cuerpo bombeaba adrenalina. Cuando estuvimos más cerca pude ver que los pilotos experimentaban alguna dificultad para mantener la formación. Al principio, los alemanes tiraban muy por delante sin darse cuenta de que volábamos a unos 200 kilómetros por hora, pero no tardaron mucho tiempo en empezar a corregir el tiro. El fuego antiaéreo ya no tenía nada de bonito, ahora comenzaba a explotar cada vez más cerca de nuestro avión —y el sonido de los estallidos se fue incrementando hasta que nos alcanzaron en la cola del avión. Mirando al panel de las luces esperé a que Sammons encendiera la luz verde.

Grité, «¡vamos!», en el mismo momento en que otra explosión, de un proyectil de 20 mm, alcanzó nuestro aparato. En cuestión de segundos estuve fuera gritando «¡Bill Lee!» con todas mis fuerzas. El impacto inicial de viajar a casi 240 kilómetros por hora arrancó mi bolsa de pierna y prácticamente todos los elementos del equipo que llevaba encima. Justo detrás de mí iba el soldado de primera Burt Christenson, que llevaba una de las ametralladoras de la compañía. A continuación de Christenson iban el soldado «Jeeter» Leonard, el soldado Joe Hogan, el servidor de ametralladora soldado de primera Woodrow Robbins, el soldado de primera William Howell, y los soldados Carl Sawsko, Richard Bray y Robert von Klinkin. La suerte juega un papel decisivo en la vida, si tenemos en consideración que a causa del exceso de peso el T/4 Robert B. Smith y el soldado «Red» Hogan fueron trasferidos en el último momento desde el sobrecargado avión n.o 66 a saltar conmigo en el n.o 67, salvándose así del derribo.

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La planificación de Overlord. Perspectivas históricas del arte operacional

La operación Neptuno fue uno de los mayores éxitos de la historia militar a nivel táctico y tecnológico, pero los planificadores no prestaron suficiente atención a lo que vendría después. A nivel operacional, una posible forma en la que los planificadores aliados podrían haberse enfrentado, quizá, al problema de los setos y a las tierras anegadas de la península de Cotentin hubiese sido la asignación de blindados y elementos de movilidad. La concentración norteamericana en Normandía no tardó en incluir una mayor fuerza acorazada que la británica.

El Ejército de Estados Unidos disponía de suficientes divisiones acorazadas como para haber acelerado dicha concentración más aún. Las fuerzas norteamericanas tenían una movilidad superior a las británicas, con camiones de mayor robustez y durabilidad, así como una mayor abundancia de equipo de pontones. Sin embargo, las tropas estadounidenses, las más móviles de los Aliados, tuvieron que enfrentarse al peor terreno del bocage y a las zonas anegadas, mientras que los británicos operaron en terreno menos accidentado con una menor capacidad para explotar dicha ventaja. Los Aliados contribuyeron a que se malograse su principal ventaja: la movilidad estadounidense. Después vendría el punto muerto en los setos normandos y la indecisión tras la ruptura de Cobra y posterior envolvimiento en Falaise.

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TEDDY SUHREN – AS DE ASES. Memorias de un capitán rebelde de U-Boot

Reinhard «Teddy» Suhren efectuó más lanzamientos exitosos de torpedos que cualquier otro submarinista durante la guerra y fue el primer oficial de guardia (1WO) en recibir la Cruz de Caballero por sus logros. En total, como primer oficial y comandante se le atribuye el hundimiento de casi 300.000 toneladas de barcos aliados (más otras 30.000 toneladas de buques dañados). Sin embargo, no es solo ésta la razón por la que Teddy sigue siendo una leyenda en el mundo de los U-Boote. Además de ser recordado cariñosamente por su buen humor y sus cualidades para el liderazgo, fue también un rebelde por naturaleza y se vio metido con frecuencia en problemas con las autoridades superiores.

También fue uno de los primeros en publicar sus memorias, un relato que, al igual que él, es típicamente directo y poco convencional. Teddy falleció en 1984, pero el interés por su carrera se vio revitalizado con el descubrimiento de un álbum de fotografías que documentaban una de sus patrullas de guerra en el U-564, publicadas con gran éxito en 2004 con el nombre de U-Boat War Patrol por Lawrence Paterson. El interés suscitado por el proyecto llevó a la traducción y publicación en el exterior de estas memorias de Teddy Suhren.

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El general Schmidt. Los generales panzer. David Stahel

La campaña de otoño de Schmidt para tomar Tikhvin había puesto sus nervios a flor de piel y parecía aceptar de buena gana su nuevo mando del Segundo Ejército, no solo porque constituía un ascenso, viniendo del mando de un cuerpo de ejército, sino por la relativa paz que le proporcionaba. Un día después de asumir su nuevo cargo en Orel, Schmidt escribió a Fridel: «Hay mucho menos que hacer que con el cuerpo [XXXIX Cuerpo Motorizado]». Sin saberlo, Schmidt había pasado, en realidad, de la sartén al fuego.

La crisis que asoló al Segundo Ejército superaría cualquier cosa que Schmidt hubiese experimentado con anterioridad. El 13 de diciembre, con sus divisiones en plena retirada, Schmidt enumeró algunos de los problemas irresolubles a los que se enfrentaba: «tormenta de nieve, hielo negro, dificultades de aprovisionamiento, sin reservas». Como resultado, sus nervios volvían a estar de nuevo al límite y escribió a Fridel, «debido a esta crisis estoy ocupado día y noche. Nunca me había ido tan mal». El 24 de diciembre la situación se había deteriorado aún más y Schmidt admitió: «A menudo me siento totalmente abatido por todo el sufrimiento […] pero no puedo cambiarlo». Es posible que esta impotencia afectase especialmente a los comandantes panzer, ya que la singularidad de su entrenamiento, recursos y experiencia siempre habían hecho hincapié en dominar al enemigo y dictar los términos de la acción. No estaban acostumbrados a la falta de control y libertad de maniobra, lo que, dadas las circunstancias, amplificó enormemente el sufrimiento de sus hombres.

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Cementerio de Nayaf. Punta de Lanza. Combate urbano en Iraq

Cementerio de Nayaf. La distracción dejó la parte delantera del Abrams sin vigilancia por un momento, y un insurgente que estaba observando aprovechó la oportunidad. Saltando hacia el carro de combate, se subió a la parte delantera del mismo, trepó a la torre, disparó a bocajarro con un AK47 tanto a Goins como al cargador (el especialista Mark A. Zapata) y luego salió corriendo. Alarmado por los disparos, el conductor intentó dar marcha atrás; pero sin la dirección de otro tripulante que pudiera ver, el Abrams se desvió del estrecho camino y retrocedió contra un mausoleo que se derrumbó sobre el carro de combate, inmovilizándolo.

Al oír por radio que uno de los M1A2 estaba fuera de combate, el oficial de operaciones, el teniente Stauch, y el Sargento Primero corrieron al lugar en un Bradley. Los dos se hicieron cargo de las tareas de recuperación, evacuando a los dos heridos en la ambulancia oruga del batallón de vuelta a Hotel y sacando el carro de combate con un vehículo de recuperación M88. Stauch y el tirador del vehículo, el sargento Jesse Mock, condujeron entonces el carro de combate de vuelta al campamento base para su reparación. Goins y Zapata no sobrevivieron a sus heridas. Las bajas hicieron que Miyamasu modificara la táctica del batallón. Ordenó a las compañías que llevaran la organización de las tareas más allá de la línea estableciendo lo que denominó equipos hunter-killer: secciones combinadas de un Abrams y un Bradley cada una. Cada carro de combate tendría ahora acompañamiento de infantería que podría desmontar cuando fuera necesario para proporcionar una mejor seguridad a ambos vehículos blindados.

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Además, si estás suscrito y eres miembro del Club Salamina, te llevas de REGALO también el TERCER NÚMERO de nuestra colección especial del Boletín Salamina sobre la Guerra de Ucrania:

Este informe intenta hacer un análisis de cómo ha operado la Fuerza Aérea rusa sobre Ucrania entre el inicio de la invasión en febrero y finales de octubre de 2022. Se basa en el trabajo de campo realizado en Ucrania entre agosto y octubre, que ha incluido entrevistas con oficiales de las Fuerzas Aéreas ucranianas que trabajan en las ramas de aviación y de defensa aérea, entrevistas con oficiales de alta graduación de inteligencia y científicos militares, y el examen de los sistemas de armas rusos capturados y recuperados.

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