En muchos sentidos, la batalla por los Altos del Golán fue el reflejo de la imagen que tenía el ejército estadounidense de cómo tendría que librar una guerra en Europa Central. Los doctrinarios estadounidenses vieron el modelo de ataque total de Siria, estado satélite soviético, como un reflejo de la doctrina soviética. Por esa razón, los norteamericanos aprendieron más fácilmente de la batalla en el Golán que de las operaciones en el frente del Canal de Suez, donde los egipcios llevaron a cabo una ofensiva sensata y con objetivos limitados, un modo de ataque que algunos consideraban poco característico de la doctrina soviética.
Así pues, como admitió el general Donn A. Starry en una entrevista en 1987, la batalla por los Altos del Golán de 1973 se convirtió en el modelo de la doctrina de Defensa Activa del ejército estadounidense. Esta doctrina integraba conceptos de maniobra, potencia de fuego y mando y control, con especial énfasis en las tácticas de armas combinadas. Pero en su núcleo se encontraba la noción de que el carro de combate seguía siendo la mejor arma contracarro. ¿Por qué? La respuesta a esta pregunta se encuentra en la legendaria defensa de los Altos del Golán por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel durante los primeros estadios de la guerra.