Al igual que en Bielorrusia, la apertura del telón y el comienzo del primer acto consistió en un reconocimiento de batalla. En fecha tan temprana como el 10 de julio había indicadores de que los alemanes pretendían efectuar un repliegue limitado desde la primera a la segunda posición, que debía llevarse a cabo en el último minuto antes del comienzo del ataque con el objeto de asegurar que el grueso de la preparación artillera cayese sobre trincheras vacías.
Por tanto, Konev inició acciones de combate a partir de las 22:00 horas del 12 de julio, veinticuatro horas antes del calendario previsto, enviando destacamentos de reconocimiento a los que seguirían cinco horas más tarde batallones avanzados de cada división del primer escalón. En el sector norte obtuvieron algún éxito los grupos de choque del 3.er Ejército de la Guardia y del 13.er Ejército. La única división de infantería que se enfrentaba a seis soviéticas fue sorprendida mientras se retiraba a su segunda posición, parte del plan alemán para escapar de la preparación artillera y sorprender con el pie cambiado a los atacantes.
A últimas horas del 13 de julio, el primer escalón se había unido a la batalla, y se habían conseguido algunos avances de entre 8 y 15 kilómetros en el sector del 3er Ejército de la Guardia, penetrando hasta la profundidad de la primera zona de defensa. Sin embargo, los alemanes contaban con poderosas reservas, y las 16.ª y 17.ª Divisiones Panzer detuvieron el avance en la segunda zona de defensa. Un ataque apresuradamente preparado el 14 de julio no consiguió avances significativos. La preparación artillera no logró neutralizar a los defensores, ya que los cañones no dispusieron de tiempo suficiente para estudiar y registrar nuevos planes de fuego, y la inteligencia sobre el despliegue enemigo era, en cualquier caso, vaga e incompleta.
Incluso el empeño del destacamento avanzado del ejército de tanques con el propósito de reforzar los esfuerzos del único cuerpo de fusileros exitoso no se tradujo más que en un avance total de apenas 8 kilómetros.
El 15 de julio se preparó con detalle un ataque tras el que debían pasar a la ofensiva los segundos escalones tácticos siguiendo los pasos de una preparación artillera y aérea mejor planeada, de una hora de duración, que contó con una densidad de 200 cañones y morteros por kilómetro.