#SKYMEN #Kershaw El salto desde los aviones, que aceleraban algunas veces hasta los 240km/h para evitar el fuego antiaéreo, hacía que el rebufo arrancara las valijas. “Todos los que saltaron con una valija de provisiones – la perdieron”, declaró Guarnere. “La mayoría de los paracaidistas que llegaron a tierra no tenían nada” recordó exasperadamente.
La transición de las sacudidas de un vuelo a baja cota a los virajes evasivos fue tan dramática como repentina. Jack Schlegel recordaba a los paracaidistas durmiendo mientras el 3rd Battalion PIR se aproximaba a su zona de lanzamiento, “cuando un haz de balas trazadoras atravesó el fuselaje del C-47 a lo largo, haciendo que los hombres sentados a cada lado encogieran sus pies”. Todo el mundo estaba ahora alerta para experimentar el siguiente sobresalto, que fue un descomunal golpe en el motor de babor. Inmediatamente el teniente John Evans, el oficial al mando, gritó “¡levantaos y enganchad!” Un tercer impacto arrancó parte del ala derecha inclinando instantáneamente el avión hacia la derecha. “¡Fuera!” gritó Evans encabezando el salto. “Recuerdo que yo era el número 24 y último para abandonar el avión”, recordó Schlegel, y el Dakota estaba cayendo. “Me moví lo más rápido que pude para salir y, tras saltar, vi el avión convertirse en una bola de fuego”. Apenas en un minuto habíamos pasado del apacible sueño a una catástrofe total. Nunca se volvió a saber nada de Evans…
