En el sur del estado de Luisiana, existía una colonia, pequeña pero significativa, de emigrantes de origen canario, los isleños, que llegaron a finales del siglo XVIII, siendo entonces gobernador el español Bernardo de Gálvez.
Este grupo de emigrantes canarios estaba formado por algo más de dos mil personas4 y se concentraron principalmente en St. Bernard Parish —en español, parroquia de San Bernardo—, localidad situada al sudeste de Nueva Orleans y que forma parte actualmente de su área metropolitana; debe su nombre al santo patrón de Bernardo de Gálvez. Este le había solicitado a su padre, a la sazón gobernador militar de las islas Canarias, que reclutara colonos entre sus habitantes para repoblar el inmenso territorio de Luisiana.
A los descendientes de los colonos canarios se les llamaba, por algunas de las comunidades de la zona, los cajuns espagnols, que desarrollaron su propio dialecto. Estos se alistaron durante la guerra de Secesión en una unidad propia, los Cazadores de St. Bernard, a los que se les unieron varios cajuns de habla francesa.