Las dos brigadas, con 130 carros de combate en total, se reunieron en la Cota 252.2 y se lanzaron a toda velocidad sobre las posiciones de vanguardia del 2.º Regimiento de Granaderos Panzer de la Leibstandarte Adolf Hitler. Detrás de la elevación, y aún fuera de la vista de los atacantes, estaba descansando el batallón panzer de la Leibstandarte.
Los granaderos panzer alemanes lanzaron bengalas de color violeta para alertar a los blindados, la señal convenida para indicar Panzerwarnung o «peligro de ataque de carros». Sin tener ni idea del alcance de la masa de carros de combate con la que se iba a encontrar, el Obersturmführer von Ribbentrop se desplazó a la cota con siete Panzer IV con el objeto de detener a los carros de combate soviéticos […]
[…] Los blindados de las 32.ª y 31.ª Brigadas de Tanques bajaban la ladera suroeste de la Cota 252.2 a toda velocidad con el propósito de embestir a las formaciones panzer alemanas. Fue en aquellos precisos momentos cuando su propia zanja anticarro se convirtió en su ruina: algunos carros cayeron directamente al foso por no haber sido divisado por sus comandantes. Otros intentaron «saltarlo» a toda velocidad.