A pesar de las frenéticas contramedidas soviéticas, los anillos blindados de los tres grupos panzer de Bock se cerraban rápidamente, lo que causó un gran temor de quedar atrapados sin poder zafarse ante la llegada de los alemanes. Al presenciar esta confusión en aumento, el periodista soviético Vasily Grossman escribió el 4 de octubre:
«Pensaba que había visto retiradas, pero nunca he visto nada como lo que estoy presenciando en este momento, y nunca me hubiese podido imaginar nada parecido. ¡Éxodo! ¡Éxodo bíblico! Vehículos en movimiento en ocho columnas, el violento rugir de docenas de camiones que tratan simultáneamente de sacar sus neumáticos del barro. Enormes rebaños de ovejas y vacas conducidos por los campos. Son seguidos por columnas de carros tirados por caballos, hay miles de carros cubiertos con arpillera de colores, latón, estaño… También hay muchedumbres de personas a pie con sacos, atillos y maletas. Esto no es una inundación, no es un río, se trata del lento movimiento de un océano, esta corriente es de varios centenares de metros de anchura… Hay momentos en los que siento intensamente que hubiésemos viajado en el tiempo al pasado, a la era de las catástrofes bíblicas».