Hoy 23 de mayo de 2018 se cumplen 400 años de la segunda defenestración de Praga, suceso que dio inicio a la Guerra de los Treinta Años. Así lo relata William P. Guthrie en la primera parte de su monumental obra Batallas de la Guerra de los Treinta Años. De la Montaña Blanca a Nordlingen, 1618-1635.
Los estados bohemios exigían la facultad para poder elegir a su rey, y se temía que la mayoría Protestante, bajo los auspicios del conde Thurn, se negara a aceptar al candidato. Esto no ocurrió; Fernando ganó con una gran mayoría de los votos. A continuación fue formalmente coronado, entregó la regencia a dos Católicos de allí y regresó a Viena.
La nueva administración se vio sometida a varias «pruebas» casi de inmediato. Algunos Luteranos fueron arrestados por intentar construir iglesias en propiedad Católica. Los Protestantes no solo exigieron que fueran puestos en libertad, sino que las iglesias en cuestión fueran protegidas. Viena se negó. En un cambio de política aparentemente casual Thurn decidió hacerse con el gobierno.
El 23 de mayo de 1618 él y sus partidarios irrumpieron en el palacio y arrojaron a los regentes por la ventana. Para un golpe de estado tan improvisado todo sucedió sin contratiempos. Los estados asumieron el completo control del gobierno. Praga fue asegurada, el Catolicismo proscrito y las propiedades reales y de la Iglesia incautadas.