Por estos días hace 76 años estaba un su punto álgido el enfrentamiento entre Guderian y su superior, el mariscal von Bock respecto del reparto de fuerzas para iniciar la ofenisva de la pinza norte del cerco de Kiev. La punta de lanza del avance de Guderian hacia el sur iba a ser el XXIV Cuerpo Panzer de Schweppenburg, con el XXXXVII Cuerpo Panzer de Lemelsen en su flanco izquierdo y la infantería del Segundo Ejército de Weichs en el derecho.
Durante una breve visita a la Guarida del Lobo, Guderian afirmó haber obtenido la promesa de Hitler de que mientras llevara a cabo su operación en el sur, sus fuerzas no serían divididas. Con anterioridad, Guderian había exhibido una aversión extrema a que alguna de sus unidades fuera detraída de su mando, y en las ocasiones en que esto sucedió, bombardeó a Bock y al Grupo de Ejércitos Centro con peticiones diarias, y a veces a cada hora, para que le fueran devueltas.
La energía de Guderian era en cierto modo el sello distintivo de su éxito, pero también lo cegaba en lo relativo al panorama general. Era esta falta de conciencia y de preocupación lo que hacía que se comportara de una manera tan obstinada. Ahora surgía de nuevo el asunto de la división de su mando; solo que esta vez no se trataba de una simple división, sino de todo un cuerpo panzer el que se le detraía de su orden de batalla…