#DecisiónEnUcrania #Nipe El Untersturmführer Michael Wittmann, célebre comandante de blindados, participó en los combates de Prochorovka cubriendo con su destacamento el flanco izquierdo del eje de ataque principal de la Leibstandarte ese mediodía.
El carro de combate de Wittmann era uno de los Tiger del grupo de la 13./SS-Panzer-Regiment 1 (la compañía pesada) durante este encuentro. El destacamento se encontró con elementos del 18º Cuerpo de Tanques cuando la 181ª Brigada de Tanques al completo se lanzó al ataque a lo largo del extremo sur del Psel en el momento en que comenzaba el avance alemán. La brigada soviética fue al encuentro del ataque alemán al sur del río. Fue durante este encuentro cuando tuvo lugar un célebre incidente que es a menudo puesto como ejemplo de la intensidad de la lucha en Prochorovka. En la versión soviética, que es la más difundida, el carro de mando de la fuerza soviética conducido solo por un conductor herido después de que toda la tripulación hubiera sido herida y abandonara el blindado embistió a un Tiger destruyéndolo en la explosión resultante. Este incidente se describe a continuación, tal y como lo presenció Wittmann:
«Los tres Tiger avanzaron rugiendo en fila de a uno, con sus torretas giradas a las dos en punto, hasta que se pusieron a la cabeza de la fuerza blindada alemana. Entonces aminoraron otra vez hasta avanzar al ritmo del cuerpo principal. Poco después, se adentraron en un campo de maíz y luego a lo largo de una amplia balka. Los carros se detuvieron en un pequeño promontorio. La plateada corriente de un arroyo apareció ante la mirilla de Wittmann.
Prochorovka había quedado ya detrás de ellos. Wittmann esperaba virar hacia el poblado que estaba todavía envuelto en humo y llamas de la batalla para acudir en ayuda de sus camaradas. Si pudieran atacar al enemigo desde atrás, inclinarían el signo de la batalla a su favor. Pero entonces oyó una llamada de advertencia de su jefe de compañía, seguida inmediatamente por la voz del Hauptsturmführer Kling: “Achtung!¡Importante fuerza blindada enemiga aproximándose de frente! ¡Hay muchos carros!”
Momentos después, los vio también Wittmann. Había al menos cien carros de combate enemigos de todos los tipos y se aproximaban rápidamente.
“¡Hagan fuego con los carros parados! ¡Comiencen a disparar a 1.800 metros!”
Cada artillero seleccionó un blanco. La masa de carros soviéticos avanzó hacia los alemanes, desapareció en una depresión del terreno y reapareció a más de 1.000 metros por delante.
“¡Apunta bien Woll!”, exclamó Wittmann.
Los cañones de los Tiger abrieron fuego. Se laminaron las primeras brechas en la falange de carros enemigos. Había explosiones e incendios. Columnas de humo se elevaron hacia el cielo. Pero el grueso de los carros de combate enemigos –la 181ª Brigada del 18º Cuerpo de Tanques soviético –continuó avanzando.
Los soviéticos intentaban acercarse lo más rápidamente posible, porque sabían que tenían que alcanzar los 800 metros de distancia para suponer una amenaza a los fuertemente blindados Tiger.
… su tripulación y la de Lotzsch y Hoflinger, mantuvieron una alta cadencia de fuego. Para cuando los carros soviéticos estuvieron a 1.000 metros, cada disparo era un impacto directo. Entonces el enemigo comenzó a replicar.
Disparaban en movimiento, por lo que eran incapaces de apuntar con precisión… un grupo de unos quince carros aparecieron por el flanco. Se dirigieron directamente sobre los tres Tiger de Wittmann… ¡El carro de cabeza, Woll!», gritó Wittmann.
El artillero Woll apuntó y disparó. Todos vieron como el proyectil perforó el lateral del T-34… Otro impacto directo. El T-34 se detuvo. Mientras Wittmann observaba, el T-34 en llamas comenzó a moverse de repente hacia el Tiger de Lotzsch, que fue alertado.
“¡Cuidado! ¡Viene hacia ti!”
La ardiente bola de fuego siguió avanzando. Segundos más tarde, el T-34 embistió al Tiger. Las llamas cubrían al carro alemán. Pareciera que la tripulación del Tiger hubiera perdido sus nervios.
“¡Lotzsch, retrocede! ¡Retrocede!”, le imploró Wittmann.
De repente, el Tiger comenzó a retroceder, separándose de la bola de fuego; un metro, dos metros, ¡cinco metros! En ese momento, la reserva de munición del T-34 explosionó. Después de que el humo se hubiera disipado, el Tiger había vuelto a su posición de partida.
La falange blindada soviética había sido detenida. El campo de batalla estaba plagado de carros de combate destrozados y en llamas. Algunos de los blindados tocados seguían disparando a los Tiger, hasta que eran alcanzados otra vez y destruidos». http://