La preocupación más inmediata era por la seguridad de los cruceros dañados, Mikuma y Mogami, y de los destructores que les acompañaban, Arashio y Asashio. Esos temores se materializaron a las 06:30 horas, cuando se recibieron noticias del capitán Shakao Sakiyama del Mikuma, «Avistados dos aparatos enemigos procedentes de portaaviones».
Los sucesivos informes de los acosados buques ofrecen la crónica de los acontecimientos con total claridad:
«Atacados por seis bombarderos en picado que consiguen un impacto. Avistado un hidroavión enemigo».
«Nos siguen tres hidroaviones enemigos. Parece que fuerzas enemigas de superficie se han unido a la persecución».
«07:45. El Mogami ha recibido un impacto que le ha causado daños menores. Tres aviones derribados».
«08:00. Nos persiguen portaaviones enemigos y otros barcos que operan en la zona. Nos dirigimos a la isla Wake. Nos hallamos a 710 millas de isla Wake navegando con rumbo 30 grados».
Los cruceros dañados habían alcanzado un punto situado a 500 millas al oeste de Midway cuando atacó la primera oleada de aviones enemigos embarcados. En dicho ataque, el Mikuma fue tocado una vez y el Mogami dos, pero las bombas sólo infligieron daños menores. Sin embargo, sucesivos ataques provocaron más impactos y más daños. Cinco bombas que acertaron al Mikuma a las 10:30 causaron incendios por todo el barco, obligándolo a detenerse.
La furia de los incendios se incrementó rápidamente hasta que, a las 10:58, causaron
una tremenda explosión interna que descartó toda esperanza de salvar el barco. Se estaban llevando a cabo esfuerzos para transbordar a su tripulación a un destructor cuando, a las 12:00, llegó otro ataque de 10 aviones que se anotó más impactos y envió el crucero a las profundidades.