El representante de la Consejera de Seguridad Nacional se mostró partidario de los drones armados en cuanto se encontrasen disponibles, lo que en su opinión suponía retrasar la medida hasta la primavera de 2002. El Departamento de Estado se declaró a favor, igual que el representante del Pentágono. Se discutió de nuevo quién sería el responsable de autorizar el lanzamiento de misiles desde los Predator, pero como técnicamente todavía no estaban preparados la decisión quedó en suspenso. Exactamente una semana después Al Qaeda estrelló dos aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas y un tercero contra el Pentágono.
Los acontecimientos se precipitaron, despejando todos los obstáculos. Los drones armados marcharon a Asia Central. La primera acción real de un Predator armado tuvo lugar en octubre de 2001 contra fuerzas talibán que estaban cercando a Abdul Haq, un comandante de la Alianza del Norte. Semanas más tarde otro aparato atacó por primera vez a miembros de Al Qaeda. El Predator siguió a un grupo de individuos que se refugiaron en un hotel al sur de Kabul, y acto seguido lanzó sus misiles. Al ataque se sumaron minutos más tarde aviones F-15E. Murieron aproximadamente un centenar de personas, entre ellas Mohamed Atef (alias Abu Hafs Al Masri), jefe militar y número tres de la organización terrorista.