El ataque sobre Kos –Operación Eisbär (Oso Polar)- comenzó el 3 de octubre. Un total de 2.000 soldados alemanes, entre los que se incluían granaderos panzer e incluso algunos carros de combate traídos por mar desde El Pireo, Suda y Candia, en tres grupos, se reunieron al oeste de Naxos para convertirse en el convoy Olimpo. En cabeza del ataque anfibio iba la 1.ª Compañía del Küstenjäger Abteilung, que saltó a tierra a las 06:10 horas y estableció una cabeza de playa en la bahía de Camare y en Cabo Foco, en la costa sur.
Las más poderosas fuerzas del Kampfgruppe Kuhlmann comenzaron entonces a desembarcar en el enclave brandeburgués, dirigiéndose a continuación al interior de la isla. Al mismo tiempo, el teniente Oschatz saltó con su compañía fallschirmjäger brandeburguesa en mitad de la zona ondulada y llena de maleza situada al norte del cabo Tigani, cerca del bombardeado aeródromo de Antimachia. Dos aviones con 24 fallschirmjäger a bordo no habían logrado unirse al ataque –uno al cancelar su participación en la operación por averías en un motor y el otro por no poder reunirse con el resto de aviones en el punto convenido y verse obligado a regresar a la base. Ambos llegarían finalmente al día siguiente.
No obstante, el salto salió según lo planeado y los hombres de Oschatz pasaron rápidamente al ataque, arrollando los emplazamientos británicos de morteros y artillería que defendían los accesos al aeródromo. Tras emplazar sus ametralladoras para cubrir el avance de los Küstenjäger, Oschatz obtuvo el control de la carretera de acceso a la pequeña localidad de Antimachia e hizo sus primeros prisioneros británicos. Con los fallschirmjäger atacando por el norte de la carretera y los Küstenjäger por el sur, el aeródromo estuvo pronto en manos alemanas; a las 17:10 horas ondeaba sobre el mismo una pequeña bandera de identificación con la esvástica.
A pesar de la bandera, los paracaidistas alemanes fueron bombardeados en dos ocasiones por aviones de la Luftwaffe, que ignoraron en la primera oleada la bengala blanca que había sido acordada como señal, y que en la segunda oleada llevaron a cabo su pasada por no quedar ya más bengalas que disparar. Afortunadamente para los brandeburgueses, y a pesar de las impresionantes explosiones de las bombas de la Luftwaffe, solo uno de los hombres de Oschatz resultó herido…..