Mientras el batallón aerotransportado del mayor Nyashin se preparaba en el aeródromo de Krasnodar para el salto, pequeños grupos de reconocimiento de paracaidistas navales equipados con radios fueron lanzados en la retaguardia alemana para recopilar y transmitir información de inteligencia a la fuerza de asalto.
El 31 de diciembre, en unas condiciones meteorológicas extremas, despegó la fuerza en bombarderos TB-3. La densa cobertura de nubes obligó a los aviones a volar en una sola columna a intervalos sustanciales. Las densas nubes obligaron a los aviones a volar a 75 metros, demasiado bajo para un salto seguro. Después de que el navegante del avión amenazase al mayor Nyashin con abortar la misión debido a la baja altitud, los dos acordaron ascender a 450 metros entre las nubes justo antes del salto.
Los paracaidistas saltaron al fin en esas horribles condiciones. A medida que caían, tropas alemanas que escoltaban un convoy de munición dispararon sus ametralladoras contra las impotentes tropas suspendidas. Los fuertes vientos dispersaron a los paracaidistas. El reagrupamiento fue difícil, pero la dispersión creó también la impresión entre los alemanes de que se había lanzado a una fuerza mucho más grande. Tras el salto se sucedieron combates intensos pero fragmentados. Pequeños grupos de paracaidistas se infiltraron a duras penas entre las posiciones fortificadas alemanas y avanzaron sobre Ak Monai.
Cuando el batallón hubo reagrupado suficientes hombres, atacó y tomó una posición artillera alemana en el flanco norte de las defensas de Ak Monai. A primeros de enero de 1942, el batallón había ocupado defensas en Ak Monai y en la base del banco de arena de Arabat.
Entre tanto, el 44.º Ejército ocupó Feodosiya y avanzó 10 o 15 kilómetros tierra adentro hasta Vladislavovka, pero allí los alemanes se mantuvieron firmes y evitaron que los soviéticos cercasen sus fuerzas.
Mientras los germanos se retiraban hacia el oeste, la fuerza aerotransportada soviética se dividió en grupos de diversión que hostigaron a las fuerzas en retirada. Los paracaidistas fueron sustituidos más tarde por una unidad de infantería naval. La decisión del comandante del frente de cancelar el salto paracaidista destinado a asegurar el aeródromo de Vladislavovka para los combatientes soviéticos significaba que sus fuerzas carecerían de apoyo aéreo efectivo durante toda la ofensiva.