También intervino en la escaramuza el maestre de campo don Francisco de Almeida, que en el momento de la salida enemiga se hallaba en la playa de San Antonio desembarcando a su gente. Tenía 300 hombres de su tercio en tierra.
El maestre de campo general mandó de inmediato un mensajero a la playa para que 150 portugueses llevaran a San Benito unas piecezuelas de artillería que allí había. Almeida, con los otros 150, subió la cuesta a toda prisa y llegó a tiempo de enfrentarse a una de las mangas enemigas que parecía estar logrando atravesar la línea de fortificaciones por la derecha.
Envió a 50 arcabuceros por delante, al mando de su sargento mayor, Pedro Correa da Gama, y con los otros 100 formó escuadrón de picas, con el que empezó a avanzar. Entre unos y otros lograron hacer retroceder a los holandeses hasta el lugar de la escaramuza principal, que se libraba en las inmediaciones de la puerta de Santa Lucía.
El marqués de Torrecuso también se hallaba desembarcando a gente escogida de su tercio desde la noche anterior, teniendo su punto de reunión junto a la ermita de San Antonio. Esperando órdenes, le llegaron las noticias de lo que le había sucedido a don Pedro de Osorio, y tras conferenciar rápidamente con sus capitanes, decidió acudir a socorrer a los españoles, dejando a un cabo y a 50 hombres al cuidado de la artillería y los pertrechos de los napolitanos. Avanzó formado en escuadrón hasta llegar al monasterio de San Benito, haciendo acto de aparición cuando el enemigo ya se había retirado al interior de la ciudad….