Una de las curiosidades menos conocidas de la Primera Guerra Mundial fue una serie de acciones bélicas conocidas como la «guerra de los cables»
Este tipo de ataques que se desarrollaron mediante bombardeos desde buques a larga distancia o sabotajes de grupos de hombres armados, consistió en neutralizar las estaciones radios o cables submarinos del oponente para cortar de raíz las comunicaciones del enemigo con sus colonias, los países neutrales o territorios más o menos alejados de la metrópoli. De hecho, uno de los ejemplos más famosos de la «guerra de los cables» tuvo lugar en el Frente de Asia-Pacífico a inicios del conflicto contra la estación radiocablegráfica de la Isla de Fanning.
Fanning era un territorio del Imperio Británico desde su anexión en 1788. Perteneciente al Atolón de Tabuaeran en las Islas de la Línea, este paraíso tropical constituía un lugar estratégico clave por su ubicación justo en el centro del Océano del Pacífico. Precisamente Fanning era famosa por actuar de puente entre el comercio de Asia con Sudamérica, en especial entre China y Chile a lo largo de más de 5.500 millas náuticas, lo que convertía al enclave en un dominio muy apreciado por el Reino Unido.
Fue el vicealmirante Maximilian Von Spee, comandante en jefe del Escuadrón Naval del Asia Oriental (Ostasiengeschwader), el primer alemán en comprender la importancia de dejar fuera de combate a la Isla de Fanning.
El buque alemán elegido para destruir la Isla de Fanning fue el crucero ligero SMS Nürnberg con 3.550 toneladas de desplazamiento y un armamento de diez cañones de 105 milímetros y al mando del capitán Karl Von Schönberg. Acompañaba a éste el vapor Titania para proveerle del carbón necesario durante el trayecto y de paso realizar acciones de reconocimiento en torno al Atolón de Tabuaeran con la finalidad de evitar encontrarse con barcos enemigos.