Con las pérdidas irreemplazables de las grandes campañas de 1941 y 1942 y las severas derrotas de principios de 1943 en mente, al mando alemán le tocaba enfrentarse a la cuestión de qué estrategia seguir en el Este o, más bien, de cuál se podría seguir.¿Debería la Wehrmacht atacar tan pronto como pudiera en primavera de 1943, adelantándose a la ofensiva soviética y mantener así la iniciativa?
Esta opción tendría la ventaja de que podrían determinar el Schwerpunkt o centro de gravedad. ¿O sería mejor mantenerse a la defensiva y esperar a que el Ejército Rojo atacase? Una vez detenido el ataque soviético y con el enemigo agotado, la Wehrmacht lanzaría una contraofensiva que llevaría al enemigo más allá de sus posiciones de partida. Manstein y otros militares alemanes llamaron a este segundo concepto Schlagen aus der Nachhand (dejar al enemigo la iniciativa permaneciendo a la defensiva para luego contraatacar). El Ejército Rojo había aplicado este enfoque en noviembre de 1942 en Stalingrado. Manstein lo adoptó en febrero/marzo de 1943, cuando interceptó la ofensiva de invierno de los soviéticos en Járkov, los aisló y eliminó. Este mismo enfoque, Schlag aus der Nachhand, es el que Manstein tenía en mente para la primavera y verano de 1943, pero a lo grande.