El 25 de marzo de 1942, la temperatura era de -42 ºC y una capa de 90 centímetros de nieve cubría el terreno. Ese día, el 2.º Batallón repelió varios ataques procedentes del oeste, infligiendo fuertes pérdidas a los soviéticos, que acto seguido, intensificaron su actividad de patrullas. Media hora después de haber regresado la patrulla alemana, emergieron de repente 100 soldados soviéticos del bosque y atacaron las posiciones de la 7.ª Compañía en la parte noroccidental del anillo defensivo. Los soldados que participaban en el ataque iban armados con subfusiles y avanzaban con esquíes, lo que hacía que esta pequeña fuerza fuese enormemente móvil en el terreno nevado. Además, un hombre de cada tres llevaba en su bolsillo una granada frangible, presumiblemente para incendiar la población. Varios soldados volaron literalmente cuando sus granadas frangibles fueron alcanzadas por las balas y explotaron. Debido al frío extremo, algunas ametralladoras alemanas se negaron a funcionar y los soldados soviéticos lograron penetrar en las posiciones alemanas.
La 7.ª Compañía atacó media hora más tarde con el propósito de eliminar la penetración. Los rusos lucharon con tenacidad y se produjo un violento combate cuerpo a cuerpo. Para las 12:00 horas, la 7.ª Compañía había recuperado las posiciones. Ochenta y nueve soldados soviéticos habían sido abatidos y otros nueve hechos prisioneros, entre los que se incluían dos heridos graves. Todos los atacantes eran candidatos a suboficial a los que les habían prometido ascensos por méritos de guerra si tomaban la Villa S.