La obstinación de Guderian destacaba incluso entre sus colegas comandantes panzer, lo que, sin duda, era resultado de su propio carácter incorregible, aunque también parece haber sido alimentado por el mito de la infalibilidad y la aclamación existentes en el seno de su propio mando.
El coronel Barsewisch, oficial de mayor graduación de la Luftwaffe en el Segundo Grupo Panzer, anotó en su diario a principios de julio: «Cuando Guderian toma una decisión es como si el mismísimo Dios de la guerra cabalgase por el valle; cuando sus ojos se iluminan, Wotan parece lanzar rayos o Thor parece blandir el martillo. La chispa saltó de inmediato entre nosotros y quedé fascinado por esta increíble personalidad».