A fin de recuperar su movilidad ofensiva, los británicos se percataron de que tendrían que salir de la cabeza de playa a pie. Así comenzó la famosa «yomp» o marcha forzada campo a través de la 3.ª Brigada de Comandos. Dado que las mochilas de los soldados pesaban hasta 55 kilos, los hombres se las abrochaban estando aún sentados y luego tenían que ser ayudados por sus camaradas a ponerse en pie. Una vez en marcha, la ruta los llevó por colinas, valles rocosos, pedregales, turberas y ríos.
Las ventiscas y las gélidas temperaturas a lo largo de los 80 kilómetros de camino se vieron interrumpidas por breves intercambios de fuego. El 27 de mayo, el 3.er Batallón del Regimiento Paracaidista abandonó el perímetro de su cabeza de playa en Puerto San Carlos y marchó de forma ininterrumpida durante 24 horas. Tras pasar una noche de frío intenso a la intemperie y sin sacos de dormir (lo que provocó la evacuación de catorce soldados por congelación), los paracaidistas llegaron cansados el día 28 a la ensenada de Teal. Habían recorrido los 32 km de terreno sin caminos en 36 horas.