A continuación os compartimos una acción de pequeñas unidades incluida en ¡ASALTO! que describe los procesos de desminado y acercamiento progresivo a la línea de trincheras alemanes por parte de los soldados del Ejército Rojo
A mediados de julio de 1942 tres batallones soviéticos se enfrentaban a un batallón alemán en el sector del saliente de Voronezh. La distancia entre las líneas de frente respectivas variaba entre los 1.400 y los 1800 metros. Cada batallón ruso estaba compuesto por una compañía de morteros y tres compañías de fusileros, una sección de obuses, y un pequeño destacamento de ingenieros.
Las posiciones alemanas estaban protegidas por alambradas y un campo de minas, dispuesto con minas antipersonal activadas por presión directa sobre el detonador. Mediante el envío de numerosas patrullas, algunas de las cuales sufrieron bajas a causa de las explosiones de las minas, los soviéticos pudieron calcular el perímetro aproximado del campo de minas.
Una noche sin luna un destacamento soviético formado por 15 ingenieros se acercó al perímetro del campo de minas y se atrincheraron. Trabajaron durante toda la noche en relevos, pasando la tierra excavada a la retaguardia y trayendo a la vanguardia tablones de madera con los que cubrían los pozos de tirador, echándoles tierra por encima.
Se tendió una línea telefónica por el suelo para conectar esta posición avanzada con el puesto de mando soviético. Los ingenieros llevaron a cabo su labor con tal competencia que los alemanes no notaron cambios visibles sobre el terreno a la mañana siguiente. Ni siquiera las fotografías aéreas tomadas más tarde ese día mostraron nada que levantaran la menor de las sospechas. Aunque toda el área estaba bajo la constante observación a lo largo del día, ningún momento delató la presencia del destacamento soviético.
Durante la segunda noche una escuadra de despeje de minas de cuatro hombres salió de la posición avanzada y avanzó lentamente por el campo de minas examinando cada metro cuadrado del mismo. Como los cuatro hombres estaban familiarizados con el mecanismo de las minas alemanas, no tuvieron dificultad en neutralizar y desarmarlas en la oscuridad. Con dedicación, esa noche lograron despejar un pasillo de 8 metros.
La artillería rusa inició un bombardeo de hostigamiento en toda la línea alemana para enmascarar el posible estallido de una mina. Además, otra escuadra de 4 hombres permanecía lista para reemplazar cualquier baja que se pudiera producir en las labores de desminado. A pesar de ser una noche estrellada, una patrulla alemana que pasó a menos de treinta pasos de los zapadores soviéticos durante un reconocimiento por tierra de nadie no detectaron ningún movimiento fuera de lo común.
Al día siguiente, el destacamento soviético permaneció a cubierto y consiguió pasar de nuevo inadvertido. Con la llegada de la oscuridad, la artillería reanudó su fuego, y la escuadra de desminado regresó a su labor ampliando el pasillo otros 18 metros. Hacia las 4:00 horas de la mañana uno de los zapadores provocó el estallido accidental de una mina y perdió su brazo izquierdo.
La explosión, aunque fue oída y rápidamente comunicada por el centinela alemán más cercano, el mando germano la interpretó como causada por un proyectil de la artillería rusa que había caído corto. El herido ruso fue evacuado con la máxima discreción.
En la cuarta madrugada los soviéticos enviaron otra escuadra de desminado. Los hombres lograron llegar a las alambradas tras una hora de trabajo. Tras tantear la tierra debajo de éstas, descubrieron que no estaban minadas e informaron al jefe de zapadores de la posición avanzada, que retiró a los efectivos y ordenó a un oficial y a un suboficial que avanzasen a rastras por el pasillo despejado. Observaron el relevo del centinela alemán, cuyo puesto estaba a unos 18 metros más allá del lugar por donde emergieron tras superar la alambrada. Miraron la hora: las 1:30 de la madrugada. La artillería rusa continuó su bombardeo durante toda la noche.
En la quinta noche un destacamento de reconocimiento ruso de 55 hombres equipados con armas automáticas y granadas de mano se adelantó a las posiciones avanzadas. Su misión era irrumpir en las posiciones alemanas, demoler sus fortificaciones y regresar con algunos prisioneros.
El oficial al mando y tres hombres hablaban algo de alemán y habían practicado algunas frases simples hasta pronunciarlas sin acento. El plan original preveía el apoyo inmediato de una compañía de fusileros reforzada que debía ensanchar la brecha y explotar la situación.
Dirigidos por una escuadra de ingenieros y de los observadores de la madrugada anterior, el destacamento llegó a la alambrada y rápidamente cortaron los alambres para pasar al otro lado. El jefe al mando del destacamento envió a un pequeño grupo de avanzadilla a las 1:45 y esperaron a que se hubiese completado el relevo del centinela alemán en el puesto avanzado más cercano.
Después de que el centinela fuese reducido, amordazado y atado, un grupo de 12 hombres fue enviado a la izquierda a bloquear el acceso a la posición desde ese lado. El grueso del destacamento avanzó lentamente por la trinchera hacia el lado contrario. Habían avanzado unos 60 metros cuando se tropezaron con una patrulla alemana que venía hacia ellos.
Los rusos fueron conminados a detenerse a unos cinco pasos de la patrulla y dar la contraseña. En su buen alemán practicado, el oficial ruso dijo, «¡Cállate, no hagas ruido!». El jefe de la patrulla alemana replicó entonces, «¡Contraseña o disparamos!». El ruso contestó a esto, «¡No hagas tanto ruido!». Cuando los dos oficiales se hubieron acercado a un par de metros uno de los alemanes abrió fuego súbitamente y abatió al oficial ruso.
Un segundo alemán fue incapaz de disparar de fusil debido a la estrechez de la trinchera. Mientras los soldados rusos se abalanzaban sobre el primer alemán, el segundo salió corriendo disparando al aire y pidiendo auxilio. Pronto llegó otro centinela alemán en su ayuda, revolviéndose el primero y abriendo fuego ambos sobre los rusos.
Tras dejar una fuerza de bloqueo a unos 40 metros más atrás del lugar donde habían establecido contacto con la patrulla alemana, los rusos se salieron de la trinchera y corrieron en busca del ramal de comunicación a unos 60 metros de distancia y a su izquierda. Allí se encontraron con un jefe de sección alemán y tres de sus hombres.
Cuando los rusos iniciaron el asalto fueron bienvenidos con fuego de ametralladora y granadas de mano. Entre tanto, el comandante de la compañía alemana responsable de la defensa de ese sector ya había alertado a sus hombres y preparó un contraataque que fue efectuado desde tres direcciones. En 2 horas el destacamento ruso había sido completamente aniquilado.
Esta acción muestra la cantidad de tiempo y esfuerzo que debían emplear los soviéticos en la preparación de una mera patrulla en fuerza. Durante cuatro días y cuatro noches un destacamento de ingenieros permaneció en las proximidades de las posiciones alemanas, despejando un pasillo a través de un campo minado durante las horas de oscuridad.
Los soviéticos demostraron una gran capacidad en sus técnicas de ocultación y en la desactivación de las minas de madrugada. Su disciplina fue ejemplar. Cuando se hizo evidente que el grupo de reconocimiento no iba a conseguir su objetivo sus miembros no hicieron el más mínimo intento de efectuar una retirada ordenada. Todo apunta a que no lo hicieron porque esperaban a que llegase una compañía de fusileros de refuerzo que nunca llegó.
No es descabellado pensar que el comandante soviético responsable de la operación no tuviera intención de enviar dicho refuerzo y que todo fuera una promesa para elevar la moral del destacamento, aunque esto es una mera conjetura.
Cualesquiera que fuesen las razones para la inacción no fueron un incidente aislado. Con mucha frecuencia, después de que las tropas de ingenieros dedicasen grandes esfuerzos al desminado de las fortificaciones alemanas, las patrullas de reconocimiento lograban penetrar en territorio alemán durante las horas de oscuridad. Sin embargo, pese a constatar que no regresaban no se hicieron intentos por rescatarlos….
¡ASALTO! – Accione de combate de pequeñas unidades en el Frente del Este
Excelente el relato,épico y detallado.